🌿 Bordar una Flor de Lavanda a Mano

Tranquilidad Pura Puntada a Puntada

Aprende a bordar una flor de lavanda paso a paso con hilo. Guía fácil, materiales, puntos básicos y consejos para crear una pieza calmante y decorativa. Ideal para principiantes.

Bordar es uno de esos pequeños placeres que no necesitan ruido. Sólo hilo, aguja, tela… y un ratito para ti. Hoy quiero compartir contigo un proyecto sencillo y precioso: una flor de lavanda bordada a mano, perfecta para personalizar servilletas, bolsitas aromáticas, pañuelos o simplemente para crear un cuadrito decorativo que te conecte con la calma.

La lavanda tiene ese algo especial: color relajante, aroma evocador, su forma elegante… Y cuando la bordas, se convierte casi en una meditación. Si te gusta la artesanía con alma, sigue leyendo porque este proyecto tiene magia.

¿Por qué bordar lavanda?

Más allá de su estética, bordar estas pequeñas flores tiene algo terapéutico. Sus formas repetitivas, la sutileza del color, el ritmo de la puntada… es como si el bordado imitara la energía de la planta: simple, calmante, con fuerza silenciosa.

Además, queda bien en todo:

  • Bolsas de lino.
  • Etiquetas para regalos.
  • Cuadros para la cocina, o el baño.
  • Camisetas, pañuelos o, incluso, mascarillas.

Un bordado con alma y sentido

Bordar lavanda es más que una tarea decorativa. Es un gesto lleno de significado. Esta flor, tan humilde y silvestre, representa la serenidad, la limpieza emocional, el descanso. Y al convertirla en puntadas sobre la tela, la llevamos a un nuevo lugar: ese donde la creatividad y la calma se encuentran.

Yo suelo bordarla cuando necesito una pausa. A veces es después de un día muy movido, o cuando me noto acelerada por dentro. Me preparo una infusión, enciendo una vela y dejo que la aguja haga su magia. Es curioso, porque no siempre tengo claro qué voy a bordar al empezar… pero la lavanda tiene esa forma que invita al fluir: vertical, ligera, repetitiva… perfecta para desconectar de la cabeza y reconectar con las manos.

Y lo mejor es que no necesitas ser experta para lograr un resultado precioso. De hecho, los bordados más encantadores que he hecho son los más sencillos. No buscan la perfección, sino expresar algo: una emoción, un recuerdo, un momento de presencia.

A veces pienso que cada puntada lleva dentro un poco de nosotras. Una lavanda bordada a mano no es solo hilo sobre tela, es un mensaje. Puede decir “te cuido”, “estoy aquí”, o simplemente: “hoy me regalé este rato para mí”.

Así que, si aún no te has animado, te invito de corazón a probarlo. Y si ya lo has hecho, sabes de lo que hablo. Porque cada flor bordada es una pequeña semilla de paz.

Materiales que vas a necesitar

No necesitas nada complicado:

  • Tela de lino o algodón en color neutro (blanco, crudo o gris claro)
  • Bastidor de madera (de unos 15 cm)
  • Aguja de bordado
  • Hilos mouliné en tonos lavanda y verde
  • Lápiz o marcador para tela
  • Tijeras pequeñas de bordado

Cómo bordar una flor de lavanda paso a paso

1. Dibuja la silueta

Haz un tallo largo y fino, con pequeñas ramitas horizontales, que son más estrechas conforme te acercas a la punta. En cada ramita irán los “capullitos” de lavanda.

2. El tallo: punto tallo

Con hilo verde oliva, borda el tallo principal y las ramas laterales usando punto tallo. Es un punto fácil y muy agradecido visualmente.

3. Las flores

Con hilo lila ve pasando por las lineas horizontales de arriba hacia abajo, como se ve en el video. Conforme vamos bajando, nos cabrán más pétalos.

Mira el video para seguir los pasos:

https://youtu.be/AYVFdJYWMbE

Consejos prácticos para que quede bonito

  • Trabaja en una zona bien iluminada.
  • No aprietes demasiado las puntadas para que no tense la tela.
  • Para un efecto más silvestre, deja los tallos un poco torcidos y las flores algo irregulares. ¡Como en la naturaleza!

¿Qué puedes bordar con lavanda?

Aquí van algunas ideas que a mí me encantan:

  • Un saquito de tela relleno de lavanda seca y bordado por fuera
  • Una etiqueta de tela cosida en una toalla de lino
  • Un conjunto de servilletas o caminos de mesa decorados
  • Un bastidor decorativo para colgar en la entrada o el baño
  • Un pequeño marco con la palabra “calma” y lavanda bordada alrededor

Bordar como forma de reconexión

Para mí, bordar lavanda no es solo hacer algo bonito. Es también conectar con mi ritmo, con ese impulso interno de crear sin prisas pero con intención. Hay algo muy poderoso en parar un momento, en estar presente con algo tan sencillo como una aguja y un hilo.

Cada proyecto bordado tiene algo de “manifiesto”: expresa lo que sentimos, lo que somos, sin tener que decir una palabra. A veces, es justo eso lo que necesitamos: crear con las manos para escuchar al corazón.

Quizá quieras ver otros bordados, como este precioso gatito!

Me encantaría saber qué te ha parecido este bordado de lavanda. ¿Te animas a probarlo? ¿Ya has bordado flores antes? Cuéntame en los comentarios si te gusta este tipo de proyectos tranquilos y creativos, o si tienes alguna idea que te gustaría ver en el blog. ¡Te leo con ilusión!


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